Para el FMI los ajustes obedecen a la guerra comercial y tecnológica entre China y Estados Unidos, a la expectativa del BREXIT, a la disminución de la confianza empresarial y los riesgos financieros.
Dentro del consumo, el de los hogares creció 4.4% y en él seguramente han jugado un papel importante: las remesas con un crecimiento del 9% en dólares y del 23% en pesos; el aumento de los salarios reales tanto en la encuesta mensual manufacturera como la encuesta mensual del comercio al por menor, que registra el DANE. También el aumento en los recursos de crédito para consumo, que según Asobancaria, crece alrededor del 9.7% en términos reales. El consumo del gobierno creció a ritmos inferiores, 1.9%.
La inversión ha contado con mejores condiciones, pues la reforma tributaria racionalizó de manera importante los impuestos a las empresas: la reducción de la tarifa de renta, la posibilidad de descontar del impuesto de renta el ICA (en vez de deducirlo), el descuento del IVA de los bienes de capital, entre otras. Muy probablemente ésta situación ha llevado a elevar la inversión extranjera, que según el Banco de la República, crece por encima del 20%, y la importación de bienes de capital que crecieron un 8.3% para los primeros nueve meses del año (aunque la importación de equipos para la agricultura disminuye). También es preciso destacar el impulso que se ha dado para acelerar las obras públicas, lo que ha llevado a que el PIB de obras civiles aumente el 13% y que se refleja en el buen desempeño del tercer trimestre de la producción del concreto para obras civiles, el cual creció el 16.6%, y de cemento, 5.9%.
Del lado de la oferta, las actividades con mayor crecimiento son: las actividades financieras y de seguros, 8.2%; el comercio, 5.9%; administración pública, 4.3%; y las actividades profesionales y científicas, 3.7%.
El único sector que ha mostrado crecimiento negativo durante el 2019 ha sido el de la construcción, -2.6%. Explicado por la caída de edificaciones residenciales y no residenciales, -11.1%; y las actividades especializadas para la construcción, -3.2%. El indicador de construcción de carreteras creció el 13%.
El impuesto al consumo del 2% para bienes inmuebles nuevos y usados se estableció en un mal momento, debido a los altos inventarios que acumulaba el sector y al sinnúmero de impuestos que recaen sobre la propiedad. Además, el recaudo entre enero y octubre ha sido alrededor de $80 mil millones vs $1.7 billones que se habían estimado. Por ello, como lo hemos señalado en nuestros análisis de la reforma tributaria, consideramos que este impuesto debería eliminarse o postergar su aplicación para vivienda y oficina nuevas buscando disminuir los inventarios de dichos bienes.
El consumo final creció 4.7% (el del gobierno 3.5% y el de los hogares 4.9%). La formación bruta de capital aumentó 5.5%. Las exportaciones aumentaron 1.9%, mientras que las importaciones que restan del crecimiento aumentaron 10%.
El crecimiento del PIB entre enero y septiembre es del 3.15%. El consumo aumentó el 4.4%, la inversión el 4.8%, las exportaciones el 3.2% y las importaciones, 9.3%. Todos los sectores muestran crecimientos positivos con excepción de la construcción que ha mostrado caídas en el primer y tercer trimestre. Crecen por encima del promedio: el comercio, 4.9%; las actividades financieras y de seguros, 6.1%; las actividades profesionales, científicas y técnicas, 3.6%; y la administración pública y defensa, educación y salud, 3.8%.
Las reservas internacionales al 13 de noviembre se ubican alrededor de los 53 mil millones de dólares, 4.433 millones más frente a diciembre del 2018. Como se recordará, el Banco de la República compró entre enero y julio de este año 2.478 millones de dólares.
Las remesas también han crecido de manera importante, lo que seguramente ha influido en aumentos en el consumo. A septiembre se ubican en 4.993 millones de dólares, 9% más al registrado el año pasado cuando totalizaron 4.561. El aumento en pesos equivale al 22.8%.
La tasa de cambio ha sido muy volátil, al 21 de noviembre se sitúa en $3.446, con una devaluación anual del 8%, y en lo corrido del año, del 6%. La tasa de cambio en el año ha oscilado entre $3.072 a $3.497.
Las exportaciones totalizaron 29.902 millones de dólares, 4.7% menos frente al 2018. Las exportaciones tradicionales fueron de 18.666 millones de dólares y disminuyeron 7.7%; y dentro de éstas, el petróleo, el café, el carbón y el ferroníquel registraron caídas. Las no tradicionales alcanzaron los 11.236 millones de dólares, apenas crecieron 0.6, y si se excluye oro y esmeraldas, cayeron 1.5%.
Los precios de los productos básicos de exportación han disminuido en el 2019. En efecto, los precios del petróleo entre enero y septiembre de este año se ubicaron en promedio en 63.98 dólares por barril, inferior a los 73.12 dólares del mismo periodo del año pasado, con una caída del 12.5%. La caída en los precios del carbón ha sido aún mayor, 61.81 dólares vs 91.84 dólares, un 33% menos que en el 2018.
Las importaciones fueron de 39.534 millones de dólares, 5.7% más que las registradas en igual periodo del año pasado. Las importaciones de bienes de consumo crecieron 5.1%; las de materias primas, 4.2%; y las de bienes de capital, 8.3%. Dentro de éstas últimas, el equipo de transporte sube 22.1%; los equipos para materiales de construcción, 4.4%; para la industria, 3.9%, mientras que los bienes de capital para la agricultura, caen el 20.5%.
La balanza comercial a septiembre fue deficitaria en -7.805 millones de dólares, un 79% más frente a la registrada en el mismo periodo del 2018 cuando alcanzó los -4.358.7 millones de dólares.
A septiembre del 2019 el mercado laboral contaba con 24.761.000 personas, de las cuales 22.230.000 estaban ocupadas y 2.531.000 desocupadas.
La oferta laboral (población económicamente activa) pasó de 25.082.000 personas en septiembre de 2018 a 24.761.000 en septiembre de 2019, cayó el 1.28%, es decir 321.000 personas se habrían retirado del mercado laboral. La población ocupada pasó de 22.704.000 a 22.230.000 en iguales meses, con una caída del 2.1%, y que en términos absolutos significa que se perdieron 474.000 empleos. Dado que la caída en el empleo fue mayor al número de personas que se retiraron del mercado laboral, la tasa de desempleo pasó del 9.5% al 10.2% entre septiembre de 2018 y septiembre de 2019.
Al retirarse personas del mercado laboral en mayor proporción al crecimiento de la población total, disminuye la tasa global de participación del 64.4% en el 2018, al 62.8% en el 2019. La tasa de ocupación bajó del 58.3% al 56.3% en iguales periodos.
Por sectores el empleo aumentó en: la construcción, 4.9%; los servicios comunales, 2.1%; y cayó en la agricultura, 5.4%; y en la industria 5.3%. Por posición ocupacional, los obreros y empleados particulares creció el 3.2%; jornaleros, 12%; el empleo doméstico, 8.8%; y cayó el empleo por cuenta propia, -6.5%; y obreros y empleados del gobierno, -1.2%.
La población económicamente inactiva aumentó en 821.000 personas, 5.9% más que hace un año. Los inactivos se distribuyen por actividad así: oficios el hogar el cual pesa el 41% y creció el 4.4%; estudiantes representan el 8.5% y crecieron el 1.6%; y el rubro otros (que incluye: Incapacitado permanente para trabajar, rentista, pensionado, jubilado, personas que no les llama la atención o creen que no vale la pena trabajar) pesa el 21% y aumentó el 10,9%.
La tasa de desempleo por sexo es más alta para las mujeres, 13% vs. 8.1% de los hombres; y afecta en mayor medida a los jóvenes entre 14-28 años, 18.1%, según cifras del último trimestre móvil.
En las principales 13 ciudades, el mercado de trabajo contaba con 12.202.000 personas, de las cuales 10.976.000 están ocupadas y 1.227.000 desocupadas. La oferta laboral cayó en 68.000 personas, -0.56%, pero los ocupados cayeron menos, 9.000 personas. Debido a la menor caída de la ocupación vs la registrada en la oferta laboral, la tasa de desempleo se redujo del 10.5% al 10.1%. La tasa global de participación y la tasa de ocupación también disminuyeron: del 67.3% al 66.1%, y del 60.3% al 59.4%, respectivamente.
También el DANE reportó que la población ocupada informal bajó levemente del 60.3% al 59.4%. Esta medición considera como informal a quien trabaja en establecimientos de hasta cinco trabajadores.
Durante el trimestre julio – septiembre, las tasas de desempleo más altas se registraron en: Cúcuta AM (área metropolitana), 16.5%; Ibagué, 13.6%; Montería, 12.4%; Villavicencio, 12.3%; y Medellín AM, 11.3%. Y las menores en: Cartagena, 6.6%; Barranquilla AM, 7.9%; y Bucaramanga AM, 9.0%.