Los mejores estudios nos lo repiten una y otra vez, el éxito o fracaso de una adquisición en más de un 70% de los casos analizados, es producto de las relaciones interpersonales, en concreto los estudios concluyen que;
El éxito a largo plazo, sólo puede ser alcanzado gracias a una buena gestión del proceso, una comunicación eficaz y sensibilidad hacia las preocupaciones de los a ambos lados de la adquisición. Se vuelve relevante la perspectiva de proceso de cultura y se hace necesario entender la magnitud del proceso, del cambio “que se viene”, su magnitud individual y su magnitud organizativa.
La perspectiva de proceso plantea que tanto los ajustes estratégicos como los económico-financieros son condición necesaria para que las fusiones y adquisiciones tengan el resultado esperado, pero no suficiente.
La perspectiva de proceso en este tipo de operaciones permite considerar los aspectos no racionales de las fusiones y adquisiciones, ya que son vistos como los resultados de procesos en los que la racionalidad limitada de las personas, los hábitos organizativos y el comportamiento político de las personas, toma un papel relevante.
Bastantes procesos de aculturación causan problemas en diferencias en las culturas de las empresas fusionadas, tanto en sus prácticas y normas de actuación, como en las bases más profundas que justifican tales manifestaciones . Estos choques pueden influir en los resultados de la integración, supone problemas en distintos niveles de la organización, llegando a producir numerosos efectos negativos, como sensación de perder la identidad, la moralidad, la lealtad y la productividad. Estas tendencias negativas derivan en la llamada “resistencia del empleado al cambio”.. Hemos aprendido entonces que el análisis de la compatibilidad cultural, es todo un valor añadido al proceso de análisis financiero y de mercado
El concepto de compatibilidad cultural, desde mi experiencia, tiende a equipararse con la similitud cultural . Atención! la compatibilidad cultural se debe entender como la afinidad o paralelismo cultural entre empresas del mismo sector, o con similar tamaño, estructura, configuración de personal, etc., que en caso de fusión facilitaría el desarrollo de una nueva identidad cultural.
Las culturas de las organizaciones que se combinan pueden ser incompatibles, siendo esta una fuente de problemas importantes en la fusión. El nivel de compatibilidad o incompatibilidad cultural entre organizaciones condiciona, por tanto, el éxito de la fusión, favoreciendo o dificultando las oportunidades que estas tienen de integrarse adecuadamente.
Hoy ya tenemos experiencias en América Latina y en el resto del mundo con los análisis de compatibilidad cultural en los procesos de fusiones y adquisiciones, una extraordinaria herramienta, que si a usted le parece bien podemos compartir en nuestro próximo número.