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Internacionalización, PYME y Derechos de Propiedad Intelectual (DPI)

¿Es posible asegurar la innovación de nuestras empresas en el mundo y optimizar costos de defensa de los DPI?

Los Derechos de Propiedad Intelectual (DPI), englobando en ese concepto a las marcas, los diseños, las patentes, los dominios y los derechos de autor, son activos muy valiosos para las empresas que los crean, diseñan o inventan porque generan una ventaja competitiva a su favor frente a los competidores. El sistema de DPI es sólido y está armonizado internacionalmente, de manera que bajo esta premisa en un escenario teórico, las empresas podrían competir en un entorno global en igualdad de condiciones.

Las empresas cuya estrategia internacional de protección y defensa de sus DPI, va alineada con su estrategia comercial y de marketing, especialmente en los procesos de internacionalización, tienen más opciones para consolidar sus proyectos y compiten mejor, porque tienen una posición de salida ventajosa.

Los organismos internacionales…

admiten la correlación entre la producción anual de bienes y servicios de un país, el número de solicitudes de patentes y el gasto en I+D de dichos Estados. Esto lo constata la WIPO (OMPI- Organización Mundial de la Propiedad Intelectual), que en su documento de análisis de los Indicadores mundiales de IP de 2015, analizando los datos de 2014, acredita que los países con un mayor PIB (China, USA y Japón, por ese orden), y con más gasto en I+D, son también los que más patentes solicitan. Por tanto, los indicadores basados en patentes proporcionan una medida de la productividad innovadora de un país.

Según estas estadísticas, China en 2014 ha superado el millón de solicitudes de patentes, seguida de Estados Unidos, que está cerca de las 800.000, y a mayor distancia con algo menos de 400.000 solicitudes Japón, seguido muy de cerca por la República de Corea. En América Latina algo retirado está Brasil el décimo de entre los 10 países Top con 30.435 solicitudes.

China en 2014 ha superado el millón de solicitudes de patentes, seguida de Estados Unidos

En un escenario teórico en el que las empresas de un país con un PIB alto, un gasto de I+D relevante y con un número de solicitudes de patentes suficiente, podrían competir internacionalmente con solvencia, existe un condicionante añadido, y es que los DPI no tienen valor per se, si los titulares de tales derechos no pueden defenderlos adecuadamente ante los Tribunales, especialmente en los casos de infracción.

En cuestión de litigios

Los litigios para la defensa de los DPI son especialmente costosos en ciertos países, como USA y Canadá, lo que hace de barrera disuasoria para determinadas empresas, especialmente las de menor tamaño, cuyos presupuestos no pueden sostener un pleito en estas jurisdicciones.

Si a esta premisa, le añadimos un problema endémico del tejido empresarial en muchos países donde el porcentaje de empresas pymes es mayoritario como ocurre en España donde según el informe anual publicado por la Dirección General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa en enero de 2015 analizando datos de 2014, las microempresas (de 0 a 9 empleados) suponen el 95,8% del total, o en Colombia donde el 96% de las empresas son mipymes, la conclusión es que las empresas españolas, las colombianas y las de aquellos países donde ocurra algo semejante, van a tener serias dificultades para hacer valer sus derechos en un entorno internacional, si no tienen presupuesto para defender sus activos frente a posibles demandas, especialmente en países como USA.

De la experiencia estadounidense donde los pleitos presentados por las empresas conocidas como “trolls de patentes”, cuya única actividad era la de adquirir patentes de terceros para demandar sistemáticamente, basándose en la titularidad por su parte de todas las patentes que cubren un determinado sector tecnológico, y que afectan directamente a la actividad de las startups tecnológicas, incapaces de asumir los costes de las demandas por infracción, hemos aprendido en PONS Intellectual Property que la vía para consolidar un proceso de internacionalización sienta sus bases en dos pilares: dotar a la empresa de que se trate de una estrategia de protección adecuada, suficientemente planificada, y disponer de las mejores herramientas para hacer valer esos derechos adquiridos en el caso de que sea necesario.

También sabemos por nuestro acompañamiento en la transferencia de tecnología que los inversores y los licenciatarios de tecnologías analizan con cuidado el riesgo de invertir o adquirirlas y que en muchos casos por la incertidumbre sobre los riesgos que supondría una tecnología débil, la negociación no se cierra o se condiciona a un costo alto.

Los inversores y los licenciatarios de tecnologías analizan con cuidado el riesgo de invertir

El Seguro de Propiedad Intelectual, Patentes y Marcas que recientemente hemos lanzado en España junto a Sanza Correduría de Seguros y Poolsegur busca dar soluciones a algunos de estos problemas, especialmente a la incertidumbre de las empresas españolas a la hora de afrontar procesos de internacionalización de sus DPI con ciertas garantías.

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