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Aunque muchas de las estadísticas muestran que las condiciones de vida de los colombianos han mejorado, parece que como sociedad estamos en una permanente actitud de “vaso medio vacío” sin importar lo que se haga al respecto. Las últimas encuestas muestran que el 73% de los colombianos creen que las cosas van por mal camino.
Aunque vivimos en un país con muchas cosas por mejorar hay muchas otras que han venido cambiando y a las que es importante darles valor. La imagen del país en el exterior se ha fortalecido considerablemente lo que se ha traducido en mayor inversión extranjera, las cifras de homicidios y de pobreza se han disminuido de forma significativa, la educación primaria superó el 90%, la cobertura de salud se acerca al 95% y el turismo ha evidenciado que Colombia es un destino que está en la mira de los viajeros.
La percepción pesimista está directamente relacionada con la sobre información, la desalineación, la falta de confianza y la pos verdad
Sin embargo, todas estas cifras positivas parecen desvanecerse en medio del negativismo generalizado por el que atraviesa el país. Creemos firmemente en que uno de los principales problemas de esta situación está relacionado con una comunicación llena de vacíos.
No consiste en ocultar los problemas ni tapar la verdad, por el contrario, enfrentar los unos y destapar la otra es necesario, pero sin drama ni exageraciones. Creemos que esta percepción pesimista está directamente relacionada con la sobre información, la desalineación, la falta de confianza y la pos verdad.
Nunca antes se había visto tanto acceso a la información como el que se tiene hoy en día, sin embargo; esto no equivale a que se informe bien, por lo que la labor de la comunicación en un escenario como el actual es indispensable para poder brindar información contrastada y fiable.
La marcada polarización y desalineación en la que vive el país favorece muy poco la veracidad de la información. Cada colombiano, ayudado por los medios de comunicación, construye día a día verdades que están apartadas de la realidad, que están simplemente basadas en emociones y creencias propias. Para unos, vivimos en un país que se encuentra en un escenario casi apocalíptico, donde todo está mal. Para otros, vivimos en una Colombia perfecta, donde estamos mejor que nunca y los problemas no existen. Ambos casos se basan en medios que comparten su tendencia y sustentan su versión del país.
¿No será de pronto que Colombia no es un país ni blanco ni negro? ¿Puede que la verdad real se encuentre en el medio entre ese pesimismo crónico y el realismo mágico? Seguramente todos tienen en parte razón, hay muchas cosas que no están bien; la corrupción, la economía y la inseguridad deben ser corregidas con urgencia ya que son los principales motivos de falta de confianza entre los ciudadanos. Sin embargo; también hay que destacar todos los avances que hemos tenido en los últimos años. Las vías y carreteras se han duplicado desde 2009 en términos de kilómetros construidos, el último año el número de homicidios ha sido igual al que había en 1974, la inflación, que llegó a niveles superiores de 25% hoy se aproxima a 7%, la pobreza y la educación han mejorado, a todas estas cosas hay que darles valor.
Cuando pasan cosas positivas el país cree que no son ciertas. Y cuando evidentemente suceden, se cree que no es suficiente. Siempre se necesita más
Parecemos alérgicos a las buenas noticias, cuando pasan cosas positivas el país cree que no son ciertas, y cuando evidentemente suceden, se cree que no es suficiente y siempre se necesita más, sin importar lo que se haga. Vivimos en una época donde prima la posverdad (toda información o aseveración que no se basa en hechos objetivos sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público), donde los medios con tal de dar una noticia que genere impacto pasan por alto el que está incompleta, que solo hace referencia a un lado de la historia y que es parcial.
Encontramos noticias negativas en todos los escenarios, parece que poco a poco nos han inculcado una cultura basada en el miedo que ha venido generando una parálisis en el país. Cuando los medios y las redes solo cuentan una cara de la moneda es muy difícil que los ciudadanos vean el panorama completo y puedan tomar una posición objetiva.
La comunicación tiene una gran responsabilidad en que el país esté en la fase en la que se encuentra actualmente. Los diferentes medios tienen que informar de forma objetiva, y nosotros como consultores de comunicación tenemos que ser el puente para que las empresas puedan contar sus noticias (buenas o malas) y los mensajes que emitan estén alineados, tanto interna como externamente y que sean verdad.
Es fundamental que el gobierno, las empresas y los líderes de las mismas tengan una comunicación clara y efectiva, de otra forma nos veremos rodeados de desinformación que solo seguirá alimentando la polarización del país.
¡¡¡Sí, definitivamente somos un país ni blanco ni negro!!!
